Los premios World Press Photo son algo así como los Oscars del fotoperiodismo, este año 2016 se celebraba la 59 edición, y como no podía ser de otra manera el drama de los refugiados ha tenido un papel protagonista. El primer premio, el más importante que es el World Press Photo of the year lo ha obtenido Warren Richardson, un fotoperiodista australiano, con una fotografía en blanco y negro mostrando una de las caras más crueles del drama. La instantánea muestra como pasan a un bebé a través de la valla de alambre espinado en la frontera entre Servia y Hungría.
Anecdóticamente la foto no la quiso ninguna agencia de noticias, quizá porque la calidad no es la mejor, el propio Richardson explica que la tuvo que hacer de noche y sin flash para no llamar la atención de los policías fronterizos. Por lo visto primó la calidad de una imagen antes de la historia que muestra, quizá eso o tal vez que estamos saturados, por desgracia, de ver tristes historias y niños muertos en el intento de buscar, no ya una vida mejor, sino siemplemente sobrevivir.
El fotógrafo se limitó entonces a subirla a su Facebook donde unas cuantas personas le dieron a «me gusta». Pasó desapercibida para las agencias de noticias pero no para el World Press Photo.
Recomiendo ver todas las fotografías premiadas en la página oficial. El drama de la inmigración, como decía, ha sido un tema recurrente, obteniendo premios en varias categorías más. Yo destacaría
El beso de la vida o The kiss of life de Rocco Morabito merece un post. Morabito volvía de cubrir una huelga ferroviaria para el Jacksonville Journal (periódico para el que trabajaba) cuando se encontró con la escena: un aprendiz que instalaba líneas eléctricas, R.G. Champion, sufrió una descarga al tocar uno de los cables. Entonces su compañero, J.D. Thompson, corrió a socorrerle, y mientras aún estaba colgado del poste le realizó una reanimación cardio-pulmonar que le salvó la vida. Morabito llamó a los servicios de emergencia utilizando su radio, e inmortalizó la escena que le haría ganar un premio Pulitzer en 1968.
Tras tomar la fotografía Rocco Morabito volvió a llamar al periódico para el que trabajaba para que esperasen antes de cerrar la edición, ya que tenía algo que podría interesarles: «es muy posible que deseen esperar a esta, tengo una fotografía muy buena». No estaba equivocado.
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Balsa de agua y parte del dique del yacimiento argárico de La Bastida |
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Vista desde una de las viviendas argáricas desenterradas |