Seguramente casi nadie es ajeno al incidente, pero contextualicemos. En la gala de los Óscar el presentador en un momento dado hizo una broma, de muy mal gusto y fuera de lugar, sobre la alopecia de Jada Pikket, mujer de Will Smith. Sobra decir que mofarse del aspecto físico de alguien es censurable sea cual sea el entorno, con un altavoz como ese lo es mucho más. Momento en el que Will Smith se levanta, le propina una bofetada y ya desde su asiento le increpa. Aclaremos que estamos en 2022.
El bofetón de Will Smith a Chris Rock (presentador de la gala de los Óscar) supone mucho más que el acto en sí. Lo que a priori estaría claro: la violencia no es la solución nunca, ha generado un debate en la sociedad. Debate que considero muy peligroso y que ha retrocedido cualquier avance en contra del uso de la violencia y el feminismo décadas.
Por una parte se ha justificado de manera que no logro entender. El hecho de que este acto lo cometa un personaje admirado y respetado no lo hace justificable en ninguna medida. Y creo que, la raíz de quienes defienden el uso de la violencia para poner fin a esas burlas lo hacen en medida por defender al personaje. Es un grave error y un precedente peligroso apoyar el uso de la violencia como resolución de conflictos, la violencia nunca es la respuesta. El actor tenía muchas formas de responder a ese acoso sin usar la fuerza, por ejemplo levantándose de su asiento, esto hubiese supuesto un apoyo unánime. En ese caso estaríamos hablando solo de hasta qué punto pueden llegar las bromas cuando se daña a una persona nada más.
Y por otra parte, es un acto totalmente antifeminista. En esta gala Jada Pikket fue insultada por el presentador y humillada por su marido. No, no exagero. Ella estaba presente en la gala, es una persona libre y autónoma que puede tomar sus decisiones y defenderse por sí misma, no hace falta que venga un hombre a defender su honor. Es entendible para cualquiera que si hacen daño a un ser querido te duela, es humano. Pero está fuera de lugar usar la violencia en nombre del amor. Y es que esa fue la excusa que utilizó «el amor te hace cometer locuras». No, no es el amor, es esa masculinidad tóxica que cree que tiene que defender a su pareja con la fuerza bruta.
En resumen, esta acción y su debate posterior ponen en el tablero la agresión física como medio para resolver conflictos, y el uso de la violencia como acto romántico para defender a tu pareja. Para nada ejemplificante.
Que los Oscar tenga patrocinadores no es novedad ninguna, es algo obvio. Pero sí al menos curiosa la estrategia de Samsung que introdujo su Galaxy Note 3 en plena ceremonia. Según The Wall Street Journal la empresa habría invertido unos 20 millones de dólares para emitir anuncios durante los descansos de los premios de la Academia, pero parece ser que también para que se introdujera su producto durante la ceremonia en sí.
La forma de hacerlo fue mediante el teléfono con el que jugaba la presentadora de los Oscar, Ellen DeGeneres, un Samsung Galaxy Note 3. La presentadora ya había manifestado su intención de hacer «selfies» durante la ceremonia así que se aprovechó para publicitar el producto de Samsung. Incluso a DeGeneres se le enseñó a usar el producto.
La publicidad por emplazamiento (colocar los productos de una determinada marca dentro de un acto o una serie) no es una técnica de marketing nueva, pero sí está tomando fuerza y es eficaz. En este caso se unió la idea de hacer un «selfi» y querer ser el tuit más retuiteado de la historia para de paso publicitar el producto.
Como dato curioso