La lucha por la igualdad no es algo solo de un día, la lucha contra el machismo instaurado en la sociedad no se puede vencer en un día. Hoy, Día Internacional de la Mujer, tiene un carácter reivindicativo y a la vez conmemorativo, pero esta batalla no se queda aquí, es un largo camino que se ha venido construyendo con el esfuerzo de mujeres y hombres que han luchado por la justicia y dignidad de nuestra sociedad.
Que la igualdad entre hombres y mujeres aún no es una realidad está patente en todas las esferas de nuestra vida cotidiana. Es la mujer la que carga, en la mayoría de los casos, con el cuidado de niños y ancianos; es la mujer la que tiene que trabajar más días al año para conseguir igualar el salario del un hombre, al ritmo actual la brecha salarial tardará décadas en desaparecer; es la mujer la que tiene que justificar sus decisiones sobre la maternidad; es la mujer la que sufre la explotación sexual; es la mujer la que tiene dificultades para acceder a la educación en países menos desarrollas; es la mujer la que sufre en un amplio porcentaje acoso en el trabajo; es la mujer la que sufre violencia de género, la que muere a manos de su pareja; es la mujer la que convive diariamente con el machismo y con los micromachismos.
Y precisamente sobre esto último es de lo que quería hablar, de los machismos y de los mal llamados micromachismos. En mi opinión los micromachismos no existen, solamente existe el machismo. Cuando se habla de micromachismo