El carnaval se acerca. Un buen momento para dejar salir a tu otro yo, para divertirse con disfraces improvisados, los hombres ya pueden disfrazarse de mujer, etc. Para que no te pille en bragas la llegada del día deberías ir echando un vistazo a los catálogos de disfraces. Ups! pero justo en la gran mayoría los de mujer los dejan precisamente así: en bragas.
Y es que si buscamos cualquier disfraz la diferencia entre el de mujer y el de hombre está en que al de hombre le han puesto algún metro más de tela. La crítica no es que hayan disfraces femeninos sexy, sino que no hayan (o no sean fáciles de encontrar) disfraces similares a los masculinos. Estos sí se asemejan a un policía, a un marinero, a un médico… en cambio en los de mujer todos parecen sacados de las fantasías sexuales de los hombres. Si alguien quiere un traje con poca tela, perfecto, pero deberíamos evitar estos roles sexistas en todo.
Para muestra unos botones
Para ponerle un poco de humor al asunto os dejo este monólogo de Eva Hache que habla sobre el carnaval.
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Hace una semana conmemorábamos el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Este simple hecho es una muestra más de que en la actualidad sigue sin haber igualdad entre hombre y mujeres. Y en el terreno laboral menos todavía. El origen del día de la mujer está asociado a la defensa de sus derechos y libertades básicos. Desde reclamar unas jornadas de trabajo dignas con unas horas razonables hasta pedir el sufragio universal. Pero ¿en la actualidad podemos pensar que ya tenemos todo esto y que ya no hace falta ese día?
No.
No, cuando la el trabajo que desempeña una mujer en el mismo puesto que un hombre no está igual de remunerado. La brecha salarial entre mujeres y hombres está en España en un 20%. Si para un mismo puesto un hombre gana 1.000 € una mujer ganaría 800 €. Esta brecha está por encima de la media europea que se sitúa en un 15%. Y es aún mayor en el empleo a tiempo parcial que a jornada completa.
No, cuando no hay igualdad en los puestos dirigentes.
No, cuando una mujer tiene más trabas que un hombre para ejercer su maternidad. La tasa de mujeres que trabajan a media jornada es de un 80% respecto a los hombres, en gran medida se debe a que además de su jornada laboral debe ejercer como ama de casa, madre, y otras tantas cosas no remuneradas. Una mujer en el año 2012 sigue encontrando trabas a la hora de conjugar su embarazo y maternidad con su carrera profesional.
No, cuando seguimos teniendo víctimas de violencia de género. La violencia machista es una de las grandes lacras sociales. Las cifras hablan por si solas: 2007: 71 mujeres asesinadas; 2008: 84 mujeres asesinadas; 2009: 68 mujeres asesinadas; 2010: 85 mujeres asesinadas; 2011: 67 mujeres asesinadas; y en lo que llevamos de 2012: 9 solo en España en lo que va de año.
Todo esto muestra todo el camino que nos queda por recorrer. Una trayectoria quizá más corta que cuando empezamos el viaje, pero con gran trecho por delante todavía. Por eso ni un paso atrás. Sin renunciar ni a uno solo de nuestros derechos adquiridos.
Pero, como con todo, no deja de aparecer quien se las da de muy progre, y tacha estas reivindicaciones de horteradas o catetadas de mal gusto. Alegan incluso que no hacen por la igualdad. Bien, sería necesario que llegase el día en el que esto sea un sinsentido, pero hoy no lo es.