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Entrevista a Juan Carlos Segura, portavoz de la Asamblea de Vecinos de Lorca

Entrevista a Juan Carlos Segura, portavoz de la Asamblea de Vecinos de Lorca

«Este año ha sido el del dolor y el que viene tiene que ser el de la reconstrucción»

Comprometido, atento, implicado y solícito, estos son algunos de los adjetivos con los que sus vecinos describen a Juan Carlos Segura, actual portavoz de la Asamblea de Vecinos de Lorca. Y es que paseando con él una tarde por el barrio de La Viña -la zona más castigada por los seísmos- son muchos los que se le acercan para todo tipo de consultas, a las que atiende amablemente y con una sonrisa en la cara. La Asamblea de Vecinos es un órgano más de los que luchan día a día para que Lorca vuelva a brillar con la luz que tenía antes del pasado 11 de mayo, para que la Ciudad del Sol deje de convivir con andamios, edificios apuntalados, y lo que es más importante con el drama humano de 8.000 personas que todavía no han podido volver a sus hogares

¿Qué es la Asamblea de Vecinos de Lorca?
Es una organización vecinal, compuesta por vecinos, sin intereses políticos ni económicos. La estructura de funcionamiento es totalmente horizontal, no hay presidentes, ni vicepresidentes, ni nada, todos los vecinos tienen voz y voto y los acuerdos se alcanzan por mayoría de los presentes. Tiene una comisión permanente, formada por unas 12 o 15 personas, en la que cada uno tiene sus tareas. Otro compañero y yo tenemos la tarea de portavoces. Y representamos a los vecinos damnificados que reconocen nuestra representación de forma libre, sin imposiciones. Nuestro fin es reivindicativo y nuestro lema es: ningún damnificado sin solución alguna.

¿Qué diferencias hay entre la Plataforma de Afectados y la Asamblea de Vecinos?
La Plataforma tiene más bien un criterio técnico, ellos prestan asesoramiento a los vecinos en cuanto a cuestiones técnicas, a la lucha que se lleva con el Consorcio, etc. Nosotros más bien llevamos una lucha social, pero somos complementarios, a todas las convocatorias de movilización social que hemos organizado se han unido y siempre han mostrado su apoyo y su predisposición a colaborar. También en las asambleas que se convocan asisten, y aportan cosas, opiniones, hay buen `feeling´ entre Plataforma y Asamblea en cuanto a acción social.

¿Cuándo surgió la Asamblea de Vecinos de Lorca?
La Asamblea surge a los pocos días del terremoto. Hicimos una primera reunión aquí en La Viña, donde hay muchos afectados, y la primera asamblea, a la que asistieron entre 300 y 400 personas. Y allí mismo se elaboró una tabla reivindicativa, en la cual se pusieron en conocimiento muchas deficiencias y muchas cuestiones que fuimos respondiendo a los vecinos. Tales como qué tipo de ayudas iba a haber, porque ya se hizo público el primer Real Decreto para Lorca, cómo iban a venir esas ayudas, qué iba a pasar con los comerciantes, etc. En fin, una tabla reivindicativa con 18 puntos. Así es como surgió la Asamblea.

¿Con qué frecuencia se reúnen?
Los miembros de la Comisión Permanente de la Asamblea nos reunimos todas las semanas al menos una vez, la asamblea a todos los vecinos la convocamos ante un evento de importancia para dar información de la situación actual, etc. Normalmente cada dos meses más o menos.

¿Cómo vivió aquel día en el que la tierra sacudió Lorca?
El primer terremoto me pilló en mi centro de trabajo. Luego, sobre las seis y media de la tarde, salí de trabajar, e iba en mi coche por la Avenida de Europa, por una de las arterias principales de la ciudad, y había una gran cola. Íbamos en caravana una gran fila de coches y de pronto como una ola el asfalto se elevó y a partir de ahí empezaron a caer cascotes de las partes altas de los edificios, se movían las farolas, la gente muy asustada, los niños llorando, y enseguida las dotaciones de emergencias empezaron a pasar por toda la ciudad. Yo concretamente pasé por una calle e intenté avanzar porque mi familia estaba al otro lado de la ciudad, en el barrio de la Viña. Los teléfonos no funcionaban. Intenté avanzar hasta que ya no pude avanzar más. Me quedé aproximadamente a mitad de camino, dejé mi coche encima de una acera y entonces me vine corriendo desde el centro del pueblo hasta el barrio de La Viña para ver cómo estaba mi familia. Pasé por casa, no había nadie. Ya aquí en el barrio me encontré a mucha gente: vi a mis padres, que me dijeron que mi mujer y una de mis hijas estaban en una carretera cercana, y mi otra hija pequeña estaba con mi suegra en una casa a las afueras. Estaban fuera de peligro.

¿Había algún protocolo de actuación ante emergencias en ese momento? ¿Sabe si se ha modificado?
En el segundo terremoto observé, cuando venía por la Avenida Europa, que estaban congregadas varias ambulancias y un dispositivo de Protección Civil en las inmediaciones del apeadero del tren, de la estación de San Diego, y la verdad que eso me resultó chocante. Por lo visto se sabía que iba a haber otro movimiento sísmico importante poco después, como así fue. Actuaron rápidamente, el dispositivo de emergencias estuvo trabajando toda la noche y la verdad es que hubo un despliegue importante. Enseguida la Unidad Militar de Emergencias montó campamentos. Cruz Roja, Protección Civil… hubo un despliegue de medios considerable. Nosotros nos congregamos en la parte alta de la Viña y en seguida montaron un campamento y empezaron a atender a la población. No hay quejas de esos primeros momentos.

¿Cómo fue el trabajo del voluntariado esos días? 
Durante los primeros días el personal de emergencias trabajó a destajo, hubo gente, incluso compañeros míos, que estuvieron de voluntarios, que llevaban tres días sin dormir y tres días atendiendo a la gente. La solidaridad en ese momento fue mue importante, ya que mucha de la población quedó en estado de shock.

¿Cuántos afectados se calcula que hay?
A día de hoy se calcula que hay unas 8.000 personas desplazadas de sus viviendas habituales, es decir, que todavía no han podido volver a sus casas. Luego, si hablamos de afectados en general, a esos habría que sumarle las personas que están desplazadas de sus centros educativos habituales, que son 1.200 alumnos de los dos institutos que tenemos. Tendríamos que hablar también de las personas que están desplazadas de sus centros de salud habituales, puesto que hubo un centro de salud que se tuvo que demoler. Todos estos también son afectados.

Se organizaron multitud de actuaciones benéficas, partidos, conciertos, se recaudaron fondos, etc. ¿Cómo se distribuyó y cómo llegó a Lorca? 
Se creó un órgano aquí en Lorca, que es la Mesa Solidaria, compuesta por los tres grupos municipales que tienen representación más otros tres que concurrieron a las elecciones, y por distintos agentes sociales. Hay tres plataformas, entre ellas la Asamblea, a las que nos invitaron en las últimas reuniones, y también hay algunos miembros de alguna asociación de vecinos en concreto. Ese órgano que se creó es el que se encargó de distribuir las ayudas que llegaron.

¿Cuánto dinero se recaudó con estas actuaciones?
Se estima que las ayudas que han llegado con esos recursos a Lorca están en torno a 3,5 millones de euros. Algunas de ellas, como por ejemplo las ayudas que provenían de Navarra, de aproximadamente 600.000 euros (el gobierno navarro dijo que por cada navarro darían un euro a los lorquinos). Ahí parece que había un convenio de colaboración con la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, y se distribuyó como mejor consideró tanto la Comunidad como el Ayuntamiento de Lorca.

¿Quiénes han sido los beneficiarios de esas ayudas?
Las ayudas que han llegado a la Mesa Solidaria se han distribuido a la gente más necesitada. Se han estudiado casos concretos. Por ejemplo, sé que han llegado ayudas a las personas que no tenían dinero para el alquiler o que estaban faltos de recursos. De todas formas, decir que respecto a estas ayudas -de alquiler- es competencia de la Administración Central del Estado y de la Administración Regional atenderlas, pero como se han retrasado tanto se han tenido que gastar recursos de esta Mesa Solidaria que deberían haber sido cubiertos por lo establecido en el Real Decreto aprobado para Lorca.

¿A día de hoy siguen sin llegar esas ayudas para los alquileres?
Llegan con cuentagotas.

¿Cree que el nuevo Real Decreto solucionará la situación? ¿cambiará algo? 
El nuevo RD como característica principal que viene a solucionar un problema que tenía la Administración Regional, que dijo que se haría cargo de la mitad de los daños del terremoto y no tiene dinero para eso. Ha estado ocultando durante mucho tiempo la llegada de las ayudas e incluso se ha quedado con el dinero de afectados. La Administración Central había enviado hasta 10 millones de euros a la Administración Regional que no han llegado a los damnificados. Ya no es que no haya puesto su parte, sino que se ha quedado con la que había enviado el Estado. Y este tercer Real Decreto lo que hace es dar financiación a la Administración Regional para que pueda atender el pago de las ayudas. Pero hay muchas carencias todavía.

¿Qué destacaría del Real Decreto?
Además de eso como aspecto positivo se introduce el elemento expropiador y el elemento edificador, esto es para poder conseguir la unanimidad de las comunidades de propietarios. Hay algún otro elemento positivo, como es que prorrogan la exención de ciertos impuestos como el IBI, o el impuesto de actividades económicas para las empresas. Y también deja otras lagunas y carencias. Por ejemplo, no dice nada de dar solución a los edificios que se encuentran en estado de indefinición (en total unos 155); no hay partida presupuestaria para atender la reconstrucción inmediata de los centros educativos; no da solución para la recepción de las ayudas de los usufructuarios; no hay plan para la reactivación de la actividad económica de la ciudad; no hay plan para la dinamización del comercio y el empleo, etc.

Después del terremoto y la crisis ¿cuál es la situación del comercio de Lorca? 
Los comerciantes, sobre todo los que están en las zonas más afectadas, lo están pasando muy mal. En el barrio de La Viña el 40% de comercios no ha podido abrir sus puertas tras los seísmos. Además de eso, casi un tercio de la población de La Viña se ha tenido que desplazar, los comerciantes tienen un tercio de los clientes que tenían. Esto unido a la crisis económica hace que estén pasando por dificultades muy grandes. Y los que han podido abrir tienen que hacer frente al pago de alquileres con lo cual la situación es nefasta.

¿Hay ayudas a los comercios? ¿son suficientes?
Esto es como todo, aquellos comerciantes que pudieron en su día pagar sus seguros, éstos les compensarán en la medida del daño que tuvieran. Aquellos que no tenían seguros privativos, las ayudas que establece el Real Decreto son de hasta 8.000€, cantidad con la que puedes solucionar pocas cosas. En el momento en el que tengas tres o cuatro pilares dañados, si los quieres reparar ya te has comido los 8.000€. Las ayudas son insuficientes y no se ha puesto remedio, sobre todo en las zonas más castigadas, en las zonas menos castigadas seguramente con ese dinero hay suficiente y muchos de ellos ya están funcionando.

Además de estas ayudas, ¿han tenido apoyo de la Administración Local?
La Administración Local ha pretendido abrir una galería comercial. Esa galería comercial estaba previsto que se abriera para el mes de octubre-noviembre, posteriormente para poder hacer las ventas en Navidad, posteriormente para el mes de febrero, posteriormente para el mes de abril, para semana santa, y vamos por aquí, un año después y todavía no se ha abierto.

¿Cómo ve Lorca un año después?
Por una parte ha sido el año del dolor, del sufrimiento, del duelo, de la desolación, de la incertidumbre sobre nuestro futuro, del abandono institucional hacia los damnificados, ha sido un año agónico sobre todo los 4 o 5 últimos meses, pues veíamos que las ansiadas y prometidas ayudas no llegaban y que de momento no han llegado. Pero por otra parte ha sido el año del fortalecimiento, de la cohesión familiar y vecinal, de la acción y la movilización social como medio para poner en conocimiento de la clase política, para denunciar, las carencias y dificultades a las que nos enfrentamos los vecinos, para pedir soluciones a estas deficiencias. Como aspecto más positivo, ese fortalecimiento de la cohesión familiar y vecinal, ha aflorado y en muchos casos se ha llevado a su máxima expresión el sentimiento de ayuda al prójimo, ayuda a mi vecino necesitado. Este año que viene tiene que ser el año de la reconstrucción, del coraje, del entendimiento, de la superación de las dificultades, por parte de los vecinos, para poner en pie nuestras casas, nuestros barrios, en definitiva nuestra ciudad. Lo tenemos que hacer por necesidad y por responsabilidad.

 

Estas preguntas y toda la entrevista aquí. 

Natalia Rubio

Periodista. Comunicación y Publicidad. Marketing Online. Community manager. Posicionamiento SEO. Asesora Social Media. Lic.Filosofía. Amo la libertad ,igualdad, justicia, honestidad y valentía.Odio la hipocresía y cobardía.

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